En varios ámbitos del sector comercial se promulga la regla del 80/20, la que también se conoce como el Principio de Pareto, la ley de los escasos vitales o el principio del factor de escasez. Básicamente plantea que el 80% de los efectos son provocados por el 20% de las causas. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando el economista italiano Vilfredo Pareto se dio cuenta que el 80% de las tierras de su país estaban en manos de un 20% de la población.
Esta regla básica se aplica a los negocios, la economía y también a otros muchos campos. Al tratarse de una regla de porcentajes, es posible aplicarla tanto a la totalidad de las muestras de una observación como a una parte de ella. Una de las comprobaciones más fehacientes de la regla del 80/20 es el cuadro de distribución del PBI (producto interior bruto) mundial, publicado por las Naciones Unidas correspondiente al año 1989. El mismo expresa que el 20% más rico de la población recibe el 82,7% de los ingresos mundiales.
En el campo de los negocios la aplicación de la regla del 80/20 nos aporta algunas afirmaciones muy interesantes. Algunas de ellas son: el 80% de nuestras ganancias vendrán del 20% de nuestros clientes; el 80% de las quejas vienen del 20% de los clientes; el 80% de los ingresos se generarán en el 20% del tiempo dedicado; el 80% de nuestras ventas serán sobre un 20% de nuestros productos; el 80% de nuestras ventas serán concretadas por el 20% de nuestros empleados.
Esta regla nos puede aportar muchas ideas al existir la posibilidad de generar cambios significativos sobre campos reducidos. Al enfocar nuestros recursos en un área acotada de los recursos podemos ahorrarnos tiempo, dinero y preocupaciones en campos que no nos redundarán en grandes avances.