El 12 de agosto de 1981 la compañía IBM lanzaba al mercado su ordenador modelo 5150. Si bien no se trataba del primer computador personal o PC, fue el que marcó el comienzo de una nueva era de los ordenadores. Hasta entonces las computadoras eran grandes máquinas que ocupaban mucho espacio y eran manejadas por especialistas. Desde hace ya 30 años los ordenadores también están en nuestros hogares y oficinas. A partir de allí la evolución fue tan inesperada como veloz, no sólo en cuanto a la tecnología dentro de los ordenadores sino también en todo lo que les rodea: nuestras vidas.
A pesar de ello desde hace un tiempo a esta parte surgieron otros dispositivos que parecen haberle quitado al ordenador su lugar de supremacía y de novedad. La curiosidad y el entusiasmo con que los consumidores son atraídos los lleva a otros artefactos: los smartphones o teléfonos inteligentes y las tabletas electrónicas. Estos nuevos competidores, además de realizar cada vez más tareas de las que realiza el ordenador, son muy portátiles e incluyen nuevas prestaciones. La pregunta en este cumpleaños número 30 del ordenador es si será suplantado algún día por ellos. Varias grandes compañías en las tecnologías de la información apoyan esta teoría, sobre todo basándose en el ritmo de las ventas. Los teléfonos y las tabletas aumentan su salida enormemente, los ordenadores corren con otra suerte.
Algunos entendidos afirman que a medida que Internet siga aumentando su número de usuarios, el ordenador personal se mantendrá vigente. Otros afirman que el usuario más habitual, el que no necesita de ciertas herramientas específicas, está optando cada vez más por recurrir al ordenador como tercera opción. Lo que no hace su teléfono ni su tableta lo lleva al ordenador. Pensemos en las aplicaciones más comunes y cuántas de ellas no corren sobre los smartphones y las tabletas. ¿Y en qué van camino a convertirse las tabletas sino en un ordenador con una pantalla táctil?
El tiempo pasa, las modas cambian y los dispositivos desaparecen. Sino pregúntenle a la máquina de escribir o el fax-símil.
