En el mundo de los negocios debemos aceptar una premisa que no siempre nos resulta amistosa: nadie puede hacerlo todo por sí mismo. Todos necesitamos ayuda y quienes esperen ser autosuficientes fracasarán tarde o temprano. Un verdadero empresario conoce la necesidad de delegar tareas y sabe cómo valerse de ello sacándole provecho.
El delegar puede no resultarnos sencillo, ya que conllevamos con nosotros muchos prejuicios, miedos y limitaciones que nos lo hacen más difícil. Así que veamos aquí algunos consejos para hacernos esta tarea de delegar un poco más sencilla y poder disfrutar sus beneficios.
¿Qué encontrarás aquí?
Enseñar
Invirtiendo un poco de tiempo en enseñar a otros las tareas podremos confiar en que podrán hacerlas más tarde por sí mismos. Así como invertimos dinero y otros recursos, también podemos invertir en entrenar a otros miembros de nuestro equipo.
Comunicar
Es imprescindible tener una buena comunicación, informar claramente de la actividad, saber transmitir qué y cómo queremos que se haga cierta tarea. Debemos quedarnos con la certeza de que se comprendió nuestro mensaje.
Confiar
Así de simple, hay que confiar en los demás. Es el primer paso para delegar y además potenciarás al resto. Cuando alguien siente que confían en él se esfuerza más y desenvuelve con mayor autonomía.
Comenzar poco a poco
Como en otras tareas no podemos delegar todo de la noche a la mañana, hay que empezar lentamente. Comienza delegando pequeñas tareas, sencillas y simples de realizar. Poco a poco podrás ir agregando otras más complejas. Paso a paso.
Aprender
Tengamos en cuenta antes de comenzar que seguramente habrán cosas que no salgan como esperamos, eso siempre pasa. Lo mejor es no desalentarse sino aprender de los errores. Ambos tienen mucho para aprender, tu empleado y tú también. Esto es un proceso que se transita en conjunto, no solo.