El ROI, Return Of Investment o Retorno de la Inversión, es un indicador de la eficacia de una inversión realizada en Marketing, respecto a los beneficios económicos que produzca a una empresa o Sitio Web.
Desde el punto de vista financiero, el ROI mide los ingresos percibidos en función del gasto realizado, pero en mercadeo, este indicador se utiliza para cuantificar el crecimiento en las ventas de un producto, empresa, marca o Sitio Web, bajo la perspectiva de la marca, o branding.
El Retorno de Inversión se usa para diseñar campañas publicitarias y planes que se ejecutarán en medios de comunicación tradicionales y/o modernos, como Internet. Dentro del diseño se toman en cuenta variables como la lealtad del cliente, o el desperdicio de clientes, entre algunas otras, que permiten cuantificar el valor del presupuesto publicitario.
El ROI es útil para calcular la efectividad de una campaña versus el presupuesto utilizado, y de hecho es el sistema más usado hoy en día en el mercado norteamericano, y en otros países del mundo.
Uso del ROI en el mundo real
Aunque la teoría suele ser muy distinta de la práctica en algunos casos de excesiva abstracción académica, en este caso el Retorno de Inversión es realmente útil para medir de manera eficaz resultados, partiendo de los siguientes parámetros:
- Costo total de la campaña.
- CLV (Customer Lifetime Value), o Valor de por vida del cliente.
- Lapso de tiempo que durará la campaña.
- ICV (Incremental Customer Value), o Valor Incremental del Cliente.
- Diferencia entre el universo de clientes fieles, más el valor de los nuevos clientes, menos el desperdicio de clientes.
Aunque no se trata de una "fórmula mágica", suele funcionar bien en todos los casos donde la legislación del país permite el manejo de información del consumidor, y las variables se calculan correctamente.