¿Cuántas veces nos hemos visto expuestos a largas y tediosas presentaciones de PowerPoint que además de aburridas nos dejan hartos y de mal humor? ¿Es usted una de esas personas que frente a una reunión donde el disertante enciende la proyección de una presentación inmediatamente pierde su interés? Si alguna vez sintió esto no se preocupe, no es el único. Además hay gente peor que usted. En Suiza, el ingeniero Matthias Poehm llegó a fundar el “Partido Anti-PowerPoint”.
Se ve que el señor está ya sobrepasado de tanta presentación y tiene pesadillas en diapositivas por las noches. Así es que en ese país, donde cualquier persona puede afiliarse a un partido político, decidió fundar el Anti-PowerPoint. Parece que Matthias no está tan loco después de todo y que no busca un fin político, sino conseguir seguidores que enfaticen el punto de que las presentaciones de PowerPoint se han vuelto sumamente aburridas y monótonas. Confía en que rápidamente podrán convertirse en la cuarta fuerza política del pequeño país, que tiene una población inferior a los 8 millones de personas.
El problema para los expertos en presentaciones no está en la herramienta (el PowerPoint de Microsoft) sino en el uso que la gente da a la misma. En muchos casos nos encontramos con un sinfín de diapositivas llenas de texto en donde el presentador repite o lee las mismas frases. La presentación se ha convertido en una ayuda para quien da la charla en lugar de serlo para la audiencia, que termina sumergiéndose en sus asientos entre largos bostezos. Los entendidos sugieren algo muy sencillo pero que demanda una mayor preparación para el presentador: pocas diapositivas y con poco texto. Que sea una ayuda visual para los participantes.
Vale la pena repensar nuestras presentaciones, buscar algo innovador y creativo. La gente prestará más atención y será más receptiva a nuestro mensaje. Además de saber que no sufriremos de la oposición de un partido político, algo a tener en cuenta seriamente.