Cuando un blog empieza a popularizarse, suele ocurrir algo que podríamos llamar “síndrome del bombardeo de comentarios”.
Si bien es grato observar que el sitio empieza a recibir tráfico y cada día se posiciona mejor en los ‘rank’ de Google y Alexa, uno empieza a notar que el sitio va “succionando” cada día más atención de tu parte. Es en esas circunstancias cuando algunas personas, especialmente quienes trabajan en horario de 9 a 5, se preguntan si sería buena idea utilizar uno de esos plugins para contestar automáticamente comentarios. Pero, ¿es esta una buena idea?
En realidad hay circunstancias en que podría serlo, pero son muy contadas. La mayoría de las veces es mejor seguir con atención los comentarios, en especial si se crea un debate en torno a ellos, o el tema del artículo es polémico. Si la respuesta a comentarios no ha sido configurada para pasar el filtro de moderación, está por demás decir que es del todo imprudente el utilizar respuesta automática a comentarios.
En cambio, es recomendable configurar esta clase de plugins como una cortesía hacia el usuario, en respuesta a un comentario. Es decir, algo así como “Muchas gracias por participar en mi blog; recuerde que siempre son bienvenidos sus comentarios, artículos y cualquier contenido relacionado con nuestra actividad. Cordiales saludos.”
¿Por qué no es buena idea dejar que los usuarios interactúen libremente con mi sitio? El proceso funciona así:
El autor publica un artículo sobre determinado tema. Al poco rato varias personas lo comentan, y alguno añade tintes polémicos a su opinión, lo que inicia un debate, que pronto es respondido por otro usuario, y así hasta que en muchas ocasiones la conversación se sale de tono y podría alguien incluso utilizar un lenguaje vulgar e inapropiado, que a su vez es recibido en la bandeja de correo electrónico de las personas que se han suscrito a los comentarios del artículo.
Más que la persona que emitió el comentario, es el blog en sí el que recibe el descrédito, pues cualquiera entenderá que el administrador del sitio permite situaciones desagradables todo el tiempo, y dejará de visitarlo. No todas las personas reciben con la misma tolerancia un lenguaje fuerte o imágenes explícitas, de modo que nuestra obligación como Webmasters es procurar “ponernos en los zapatos” de nuestro público regular o casual, cuidando mucho de nuestros suscriptores regulares.