No cabe duda de que la aparición de ciertos servicios virtuales no solo ha cambiado la visión de la humanidad sobre Internet, sino incluso sobre el mundo físico, y hasta en la manera en que se proyecta el futuro de la humanidad en relación con las tecnologías de la información.
Uno de esos servicios es Twitter, que en opinión de muchos especialistas, ha abierto un canal informativo a todo aquél que quiera comunicar fundamentalmente opiniones o noticias, saltándose el filtro que los grandes medios de comunicación corporativos han impuesto, como una suerte de especialistas sobre aquello que interesa o no a las masas, y que merece publicarse.
Dentro de la cultura generada a partir de Twitter, surgió toda una terminología propia utilizada frecuentemente (y empleada cotidianamente), con decenas de palabras como la que trataremos a continuación.
¿Qué es un hashtag? Un tag en inglés es una etiqueta, y hash es una almohadilla, es decir una etiqueta almohadilla. Cabe aclarar que el símbolo “#” se conoce en inglés como carácter almohadilla.
Ya en la práctica, un hashtag es una etiqueta que sirve principalmente para categorizar el contenido de un mensaje o tweet.
Por ejemplo, para enviar a nuestra lista de seguidores un tweet sobre Premios Nobel, podríamos usar algo como #PremiosNobel. Nótese que no deben separarse las palabras, y que al sistema le son indiferentes minúsculas o mayúsculas; el uso de mayúsculas es útil únicamente para facilitar su comprensión al leerlo.
La finalidad del hashtag es facilitar la búsqueda de contenidos en un auténtico océano de “tweets”, según temas predeterminados por el usuario. Esta característica, aunque abre muchas posibilidades para los usuarios, pues permite crear ilimitada cantidad de categorías sobre las que expresar tu opinión o comunicarte, presenta a la vez el inconveniente de crear una auténtica pesadilla al momento de buscar un Tweet específico, en especial si se trata de temas con múltiples ramificaciones (algo muy usual en Twitter).
