Los trabajadores independientes, freelancers, tele emprendedores, o como prefieras llamarles, son personas que constantemente buscan ofertas de trabajo. Están acostumbrados a ser empleados por quienes necesitan de un cierto servicio. En contraposición, suelen no estar habituados a contratar los servicios de otros. ¿Pero qué sucede cuando se enfrentan a una tarea que no pueden asumir? ¿Deberían contratar a un tercero? Aunque la respuesta del sentido común es “SI”, ya que nadie es capaz de hacerlo todo por sí mismo, suelen aparecer muchas excusas para no delegar este tipo de tareas. Veamos algunas de las más comunes para poder reconocerlas a tiempo y ser capaces de encomendar parte del trabajo a otra persona cuando lo necesitemos.
La primera excusa suele ser la falta de dinero. Sin embargo el pagar por un servicio no es la única forma de contratar a otra persona. Existen otras posibilidades como intercambiar servicios entre sí, emplear novatos que quieran ganar experiencia o tener la costumbre de reservar de nuestras ganancias habituales un porcentaje para casos como este.
Otra excusa común es pensar que no puede encontrarse alguien confiable que haga bien el trabajo. Si bien no es fácil conseguir una persona así, tampoco es imposible. Además hay algunas medidas que pueden orientarnos hacia una mejor decisión a la hora de elegir entre algunos candidatos. Se puede pedir referencias de trabajos anteriores, también entrevistarlos previamente para conocerlos un poco más o quizá comenzar con un período de prueba antes de asignarle la tarea completa.
La necesidad de entrenar o instruir a quien encargaremos la tarea es otro de los obstáculos que nos desalientan a delegar. Si bien una formación mínima siempre es necesaria, habrá casos de personas que necesitarán menos que otras. Además seguramente podamos encontrar recursos, grabaciones, vídeos en la web que nos podrán ayudar en esto.