Los productos, como todo en este mundo, tienen su ciclo de vida. Ningún producto dura para siempre. Así todos nacen o se originan y salen al mercado por primera vez. La reacción del público respecto a ellos va cambiando, sus estrategias de mercado también. Finalmente desaparece y deja de venderse. Analicemos un poco más este concepto para adecuarnos mejor a sus distintas etapas.
El modelo del ciclo de vida de un producto propone 4 etapas principales: introducción, crecimiento, madurez y declive.
Introducción
La introducción como mencionamos es la salida al mercado. En este punto es evidente que las ventas serán generalmente bajas ya que el público no conoce el producto aún y su disponibilidad no es grande.
Crecimiento
Si la etapa de introducción transita con éxito, es decir que el público acepta el producto y comienza a consumirlo, pasaremos a la etapa de crecimiento. Ahora las ventas comenzarán a aumentar rápidamente. Aquí debemos trabajar en la distribución del producto y estar preparados para la demanda.
El crecimiento suele ser una etapa relativamente breve, seguida por otra más perdurable que es la madurez.
Madurez
Cuando nuestro producto es conocido en el mercado y se ha afianzado en su lugar, las ventas han alcanzado un nivel que se mantendrá estable. Es conocido por los consumidores y en este momento se alcanza la mayor rentabilidad. Aquí nuestro objetivo será prolongar esta etapa tanto como sea posible a través de diferentes técnicas de marketing.
Declive
Finalmente el producto entra en la etapa de declive. Aquí comenzará a quedar obsoleto o perderá su interés por parte de los consumidores debido a la aparición de otros productos u otras causas. Aquí las ventas bajarán y se suele reducir su precio para dar salida a las unidades remanentes. Los beneficios se reducen y probablemente sólo se espere cubrir los costos.