Uno de los sistemas de ventas más populares y tradicionales es el contar con terceros que vendan nuestros productos, ganando una determinada comisión por sus ventas. Este principio tan simple es lo que da origen en Internet a los programas de afiliados. Nuestros productos podrían estar presentes en varios sitios de otras personas – nuestros afiliados – y si se produce una venta a través de ellos, le pagamos cierto dinero por su servicio. Cada afiliado está identificado con un enlace único y diferente para cada sitio, de manera que conocemos exactamente desde dónde se produjo la venta.
El contar con un programa de afiliados tiene una primer ventaja muy evidente y es que los productos estarán presentes en más sitios además del nuestro, lo que aumenta su exposición y la posibilidad de ventas. El tráfico de visitas se incrementa por poder acceder desde distintas páginas. Cada afiliado realizará un trabajo de marketing, promoción y SEO que indirectamente te estará beneficiando, ya que las ventas que promocionarán serán las de tus productos. Ellos a su vez también ganarán por la posibilidad de su comisión por venta.
Un punto de mucha discusión y que puede llevar bastante tiempo es el determinar la comisión entre tú y los afiliados. No podríamos decirte una cifra, ya que muchos factores inciden en ella. Si tu producto es muy conocido, goza de buena reputación y gran cantidad de ventas, podrías fijar una comisión más baja. Si por contrario estás comenzando el negocio y te contactas con un afiliado que cuenta con un sitio de alta reputación y gran cantidad de visitas, entonces seguramente te exigirá una comisión más alta. En cualquier caso siempre deberás hacer muchos números y cuentas antes de acordar algo. Ten en cuenta tus costos y los beneficios que esperas tener con cierto afiliado. Por supuesto estos acuerdos siempre pueden modificarse en el futuro de acuerdo a los resultados.